5 feb 2024

Danae. Del mito de la lluvia de oro de Zeus al mísero olvido de la de la lluvia de polvo.

 


                                        Danae, entonces, cuando era el mito de oro de Zeus



                                    Danae, actualmente, sometida al mísero olvido de la lluvia de polvo



De paso, siempre de paso, pero sintiéndome acompañado. Ella, allí, en su peana de losa fría y casi desnuda. Con su bello porte, su larga melena y su mirada perdida en el ir y suceder de los cambios de Hotel Santa Catalina.  El niño, luego el joven y actualmente el senecto se sintió siempre cerca de la mirada y presencia de la hermosa Danae. Plácido Fleitas supo escoger personaje y afinar con el cincel hasta conseguir tal belleza. 


Por cierto, hace unos días leí un trabajo de un hombre de la arquitectura canaria que decía que la obra había sido esculpida sobre piedra de Tindaya. Tengo que decir que todos los especialistas que me han acompañado entienden, y han coincidido conmigo, en que se trata de roca de arenisca. Y por el estado en que se encuentra, debido al desgaste por las inclemencias del tiempo y el sometimiento de las mangueras, enseña ya los poros característicos de tal tipo de roca. Ahí lo dejo, que hay mejores doctos que yo en el tema.


Lo cierto es que tras las promesas de Patrimonio, tras el descuido de Hoteles Barceló de no cubrir a Danae, cuando realizaba las remodelación del Hotel en 2019, la escultura continúa igual de estropeada y sucia. Ahora, más que bella, parece una humilde mendiga postrada sobre una acera de esta ciudad, descuidadas (hablo de la obra y de la ciudad) cada día más.


Hoteles Barceló aprovechó en su momento para restaurar las obras artísticas, entre ellas los murales de Jesús Arencibia, pero los límites son los límites. Danae no se considera una obra de arte del interior del Royal Hideaway Hotel, pues por mucho que embellezca su entrada, se encuentra a diez metros de su puerta principal y, además, dudo que estos señores de tanto dinero tengan idea del calibre de Danae, la pobre mendiga, la que pasó de ser cubierta por una lluvia de oro a llenarse de polvo de la obra de dicho recinto y ser olvidada por los ineptos de Patrimonio Municipal, que son responsables directos del estado actual, al no exigir a los hoteleros lo que por obligación debieron realizar y cumplir con su obligación de salvaguardar a Danae. 




30 jun 2023

La gaviota y el poeta.



                               A Manuel Díaz Martínez


Volvió la gaviota de alas negras

y miró hacia el balcón donde

él construía las frases bellas.


Silencio, silencio, no hay poemas.


Siguió con su vuelo pausado,

dejándose llevar por la brisa.

Bajo sus alas, las olas gemían,

meciéndose entre rocas desnudas.


Posó sus patas sobre el balcón

y sobrecogida lloró sin consuelo.

Luego, preguntó a los viandantes:


¿Quién me hará ahora el poema?

¿Quién me acompañará en el vuelo?

¿Quién escribirá lindos versos?


Y, de nuevo, lloró sin consuelo.


¿Quién me hará ahora el poema? 

¿Quién vigilará mi vuelo? Repetía.


Silencio, silencio. Solo tristeza.


Voló alto la gaviota de alas negras.

Alcanzó con esmero el cielo. 

Allí, junto a Ofelia, encontró a Manuel.


Y, tras el poeta dedicarle una sonrisa, 

por fin, obtuvo la gaviota de alas blancas 

la razón de su existencia, el poema.


20 jun 2023

Aquellas monedas de cincuenta pesetas

 

     

 Antonia Reguera González. Foto del álbum familiar.


Las economías de las casas en los años cincuenta no eran boyantes. Mantener un matrimonio y tres hijos era una verdadera odisea. Por lo tanto, ahorrar era harto difícil, por no decir imposible. Pongamos algunos ejemplos de subsistencias: la ropa del mayor era heredada por los hermanos menores. De un traje se sacaba otro nuevo, cuando perdía las formas o se desteñían; la solución desmontarlo y dar la vuelta a la tela. Los calzados, si sobrevivían al duro ejercicio de los juegos callejeros, se les aplicaba de urgencia un cartón para su posterior repaso en el zapatero, cuando hubiera posibles, quien los teñía y colocaba suelas nuevas. 

Pelos bien cortos para no acudir mucho al barbero; decía mi padre al profesional: todo peladito y por delante un poquito que para el verano se está más fresquito. No había neveras, por lo que las comidas de un día para otro se dejaban al fresco del ventanuco que tenían todas las despensas. Y si era pescado se salaba o se mantenía, no más de una semana, en escabeche. En las azoteas de las casas se armaban verdaderos laberintos de gallineros, conejeras, corrales de cabras y palomares. Comer un pollo era un lujo que se permitía una vez al mes. Las meriendas continuaban sin cambios hasta que acabara el queso de bola holandés. La leche en polvo se tomaba líquida tras añadirle agua y hervirla, o tal cual con un poco de azúcar, aunque empalagase…


En fin, los padres eran doctores en economía familiar. Tiempos difíciles tras acabar la Segunda Guerra Mundial y con la resaca de la Guerra Civil aún coleando. Con esa puesta en escena, como dije antes, ahorrar era un sueño.


Tenía mi madre una alcoba de matrimonio que trajo de Lanzarote y que había sido de sus padres. Madera de caoba y trabajo artesanal de calidad. El ropero, que es de lo que vamos a hablar, era alto con gavetas en la parte baja, espacio para trajes suficiente, en la parte central, y en lo alto una cornisa con adornos cercaba el techo dejando un espacio que permitía poner alguna caja o lo que se quisiera almacenar, sin que se viera desde el suelo de la habitación.


En ese espacio, cerca del cielo, mi madre tiraba con acierto alguna moneda de cincuenta pesetas que, no sé de dónde ahorraba. Tenía un gesto especial que nunca supe como podía acertar todos sus tiros, sin que aquellas monedas grandes plateadas tomaran un camino no pretendido. Pienso que no se podía permitir el lujo de errar y perder lo que con tanto esfuerzo había ahorrado.

Y, por fin, cuando llegaba el momento de bajar de la gloria el tesoro. Mi hermano Joselín (DEP) se subía a la escalera de madera e iba tirando las monedas al delantal de mi madre, quien con su ojos bien abiertos mantenía la esperanzas de que fueran las suficientes para alguna necesidad.


De esa forma se iban pagando las deudas que ocasionaban el vivir aquellos años. Y también, seguro, que los gastos de los estudios para sus hijos. Las madres saben como arreglárselas para sacar a las familias de los apuros de una vida dura, pero de una familia unida y muy feliz.



El ropero aquel terminó sus días en la finca de mi hermano Pepe, en El Salobre. Siempre que voy a alguna tienda de muebles busco alguno que se parezca. Nunca vi otro igual y mucho menos que estuviera cerca del cielo y sirviera para hacer milagros. Bendito mueble y bendita mi madre…


 

17 ago 2022

A Aurora Barbuzano (17. 08. 2022)

 





Ella es nuestra vecina. Lo fue siempre, desde que llegamos a vivir a Suárez Naranjo en el barrio de Arenales. Puerta con puerta y pared con pared. Un golpe con el puño sobre el tabique medianero, alertaba de que algo se necesitaba por alguna de las dos familias.


Dice Aurora que sus niños se criaron a medias entre su casa y la nuestra, Nosotros éramos mayores, pero un llanto, aunque fuera de capricho de sus niños, levantaba del sofá a Antonia (mi madre) y al segundo tocaba en la puerta para recoger al lloroso porque algo entendía que le pasaba. Yo, viviendo fuera, ya casado, mi padre me contaba que José Antonio y Gema corrían por la casa y pasaban los días acompañándolos, mientras les daban vida a mis progenitores. 


Aurora era para nuestros padres una hija más y una gran amiga. Siempre fue buena cocinera y dada a compartir los guisos de sus calderos con Sebastián y Antonia. Compañera de partido de mi padre y presidenta de la comunidad de propietarios del edificio, durante muchos años, se visitaban, pues hacía vida juntos, y hablaban de política. Ya mayor, mi padre, Aurora, le traía las papeletas de las votaciones y él, pacientemente, rellenaba los sobres para repartirlos entre los más allegados de la familia.





Presumía Sebastián de la capacidad de Aurora para dirigir y resolver los problemas de los comuneros y de los vecinos del barrio, al haberse convertido en la líder de todos ellos. Ha resuelto el gran problema de los locales de las zonas comunes. Esta Aurora es tremenda, me decía… 


Sé que a ella le costó un gran disgusto cuando mis padres pasaron a mejor vida. En ese momento, también, mandaba sus termos con caldos para aliviarles las estancias en el Hospital. Ahora, yo mantengo el contacto con ella y he seguido la costumbre de sentarme en su siempre renovada cocina a tomar un café con galletas, un flan casero o un guiso de manitas de cerdo, según se tercie.


Aurora tiene nombre de amanecer. De luz que brilla y llena la vida de sus seres queridos. Mi familia ha tenido la gran fortuna de verse iluminada con ese halo de fraternidad y entrega por los demás. Ahora, yo recibo sus buenos días y noches. Nos contamos las novedades y el móvil es el aliado ideal para mantener la amistad que siempre nuestras familias tuvieron. Así espero seguir sosteniendo esas conversaciones y recordando a nuestros seres queridos que ya no están. 





De momento estamos y continuaremos con nuestras sanas costumbres. Que todos los días hay mucho de qué hablar. Que el tiempo no se le ocurra pasar sin un simple saludo, de buenos días, o una novedad en este mundo tan cambiante.


Que sepas que te seguimos queriendo y que ellos allá arriba están contentos de cómo lo estamos haciendo. Un beso, mucho más que vecina…




8 ago 2022

Las manos de Judit (08.08.2022).

 




Mirando hacia abajo ves que el mundo no acaba bajo tu cuerpo. Mirando hacia arriba ves que el mundo no acaba sobre tu cuerpo.

Mirando y escuchando, boca abajo o boca arriba, oímos nuestras voces, nos damos a conocer y aprendemos lo poco que sabemos de la vida. Todo ello sintiendo sus manos sobre mi cuerpo.


En el año 2006, la vida se puso brava y me dio una mordida sobre el riñón izquierdo. Fue traumático para mi familia y para mí. Aquello, gracias a Dios, lo superé, pero no lo olvidé. Cada prueba y cada revisión anual se convirtieron en un martirio y como resultado, en una prórroga. Y así sigo, de prórroga en prórroga, arrastrando la memoria de ese intruso bicho que me ha traído a mal vivir.







Un año después comencé a padecer de dolores en mi espalda y necesité de las manos de un profesional. Y, entonces, apareció ella. Jovencita, parecía una colegiala, callada y con unos ojos que acompañaban una mirada que mostraba una gran comprensión sobre lo que estaba viviendo. Seis meses duró el primer asalto. Sentado en una silla me trabajó. De otra forma hubiese sido imposible. Venció y por fin pude dormir sin que, apoyándome sobre mi lado izquierdo, la cama volara de un lado a otro de la habitación. 


Quince años después, me sigue ayudando a superar semanas, meses y años. Sus manos de miel relajan mis músculos, quiebran mis contracturas y me dan fuerzas para sostenerme otros siete días. Hace mucho tiempo, quince años decía para ser exactos, que no faltamos a la cita, hablamos de nuestras cosas, conoce mi vida y mis aciertos y quebrantos. 


Quiere a mi familia y, tras su trabajo, toma café cada día que viene a casa. Me enseña las fotos de su María, mientras reímos sus ocurrencias. Yo la escucho y le cuento las travesuras de mis nietos. La semana pasada me comunicó que cogía vacaciones y yo le comenté que nunca le había hecho un regalo. Ella me dijo que le había ayudado en mucho. Creo que no, las cosas que se hacen por los hijos y amigos no son regalos ni ayudas, son obligaciones de padres y amigos agradecidos. Y de ahí estas letras cargadas de reconocimiento y de cariño.





Estoy seguro que me acompañará hasta que el cielo y la tierra se unan en un sentimiento de eternidad. Me dará la mano y me ayudará a bajar de la camilla y con gracia me dirá: Quino, hoy no hace falta que te duches, sabes que este aceite es sano para la piel… Reiremos y nos tomaremos el café contándonos que los chicos han superado la EBAU…


POSDATA; A Judit Alemán Padrón, (Jud mi fisio). Seguro que lo es de algunos más que tienen esa suerte. Pero yo tengo la corazonada de que soy su preferido. Lo siento por los demás…

 



 

25 jul 2022

LA CUNA DE ANTONIA REGUERA GONZÁLEZ (MANA), 25.07.2022

 





Mis abuelos Jose Reguera Castillo y Antonia González Caraballo se casaron en Lanzarote el mes de octubre de 1914. Él era natural de Granada y ella nativa. Mi abuelo había llegado a la isla con siete años, acompañado de sus padres y hermanos. Comerciantes ellos, pusieron una tienda de ultramarinos en la calle Real. Cuando mi abuela quedó embarazada de su primera hija, mandaron a hacer una cuna a un artesano. Llamaron a la recién nacida Antonia Reguera González. Esta niña vino al mundo el uno de agosto de mil novecientos quince y tuvo la desgracia, como otros tantos niños de la época, de fallecer siendo bebé.


El día diecisiete de febrero de mil novecientos diecisiete nació mi madre a la que pusieron de nombre Antonia, al igual que su hermanita fallecida. La acostaron en aquella cuna que había sido encargada y que serviría para muchos descendientes de la familia Reguera González. Cinco hermanos más tuvo mi madre: José, Tomás, Antonio, Carlos y Joaquín.  Seis hermanos que fueron acostados en la cuna de Mana. Así llamaban los chicos a su hermana mayor, mi madre. Un diminutivo de hermana.


                           
                                                                Mana (Antonia Reguera González)


La cuna es de madera y ha acompañado a la familia ciento siete años. Siempre estuvo con mi madre, pues mi abuela se la regaló, para luego pasar a mi casa, por propio deseo de Mana, donde la conservamos para seguir la tradición de acostar a los descendientes de nuestras familias.




                                                            La cuna de Mana


Solo en dos ocasiones ha sido arreglada o retocada. Mi tío Antonio la acondicionó y le dio barniz y mi primo Rafael Ríos Navarro le arregló el dispositivo para mecer a los niños. He tenido la idea de recoger todos los descendientes de mis abuelos que han nacido en la cuna,  es probable que haya más bebés, pues la familia ha crecido, si fuera así, rogaría a mis primos que me lo hicieran saber para incluirlos. 


Son ciento siete años de existencia y sería muy bueno que quedaran recogidos  todos los chicos de la familia que la usaron. 



Joaquín Nieto Reguera, Joaquín Nieto Sánchez y Joaquín Nieto Álvarez (tres generaciones)


Ya la cuna ha visto cuatro generaciones de la historia de la familia Reguera González.



Adjunto relación:


Todos los hermanos Reguera González


Antonia:         01.08.1915 / 21.03.1916

Antonia:         17.02.1917/  16.09.2009

José: 31.01.1920/  05.02,1976

Tomás: 01.02.1922/  28.06.2011

Antonio:         22.10.1924/  15.01.2022

Carlos: 26.05.1926/  10.09.1983

Joaquín           12.03.1931/  07.05.2020


Descendientes:


Antonia Reguera González y Sebastián Nieto Román


José María: 24.06.1943/ 13.01. 2019

Carlos Juan 26.07.1944

Joaquín         11.07.1948


Hijas de Carlos Juan Nieto Reguera y Teresa Alemán Artiles 


Maite 29.05.1980

Paola 26.02.1982



Hijos de Joaquín Nieto Reguera y Alicia Sánchez Robayna


Alicia Beatriz: 30.07.1972

Carolina         13.03.1975

Joaquín         30.01.1981



Hijo de Francisco Navarro Artés y Carolina Nieto Sánchez


Francisco Luis:: 03.04.2005


Hijos de Joaquín Nieto Sánchez y Ángeles Álvarez 


Joaquín 26.04.2014

Adriana 24.01.2017


Hijos de Antonio Reguera y Soledad Cabrera Barreto



Orlando 14.04.1953

Antonio 31.07.1956

Eduardo 14.08.1958


Hijos de Joaquín Reguera González y Dolores Marrero Cabrera


Antonia 16.03.1952

Mariola 19.03.1956


Nietos de Rafael Ríos Navarro y Antonia Reguera Marrero


Alejandro Ríos Armas 29.09.2004

Aimara Guerra Ríos 15.08.2005


Hijos de José Reguera González y Herminia Blanco Rivero


José 26.11.1952

Herminia Victoria: 31.12.1954



Posdata:


Con mis agradecimiento a Rafael Curbelo Armas por su ayuda en la búsqueda de fechas de nuestros ascendientes en Lanzarote. A toda la familia por la aportación de datos para poder realizar esta investigación.

19 jul 2022

HARÍA. Palmeras y Patrimonio natural y Cultural. (19.07.2022).

 


Hace unas fechas comuniqué en este mismo blog la exposición Haría. Palmeras y Patrimonio Natural y Cultural. Hoy me ha llegado la noticia de la edición del libro virtual del mismo nombre.

El Ayuntamiento de Haría ha tenido a bien dar facilidades para que todos los interesados puedan disfrutar de dicho trabajo desde su Web. Les facilito el enlace, a continuación:

https://www.ayuntamientodeharia.com/haria/haria-palmeras-y-patrimonio-natural-y-cultural/

Les recuerdo que el trabajo fotográfico es de José María Barreto Caamaño y el literario de Rafael Curbelo Armas, Joaquin Nieto Reguera y el propio José María Barreto Caamaño.

Espero que les guste.