8 ago 2022

Las manos de Judit (08.08.2022).

 




Mirando hacia abajo ves que el mundo no acaba bajo tu cuerpo. Mirando hacia arriba ves que el mundo no acaba sobre tu cuerpo.

Mirando y escuchando, boca abajo o boca arriba, oímos nuestras voces, nos damos a conocer y aprendemos lo poco que sabemos de la vida. Todo ello sintiendo sus manos sobre mi cuerpo.


En el año 2006, la vida se puso brava y me dio una mordida sobre el riñón izquierdo. Fue traumático para mi familia y para mí. Aquello, gracias a Dios, lo superé, pero no lo olvidé. Cada prueba y cada revisión anual se convirtieron en un martirio y como resultado, en una prórroga. Y así sigo, de prórroga en prórroga, arrastrando la memoria de ese intruso bicho que me ha traído a mal vivir.







Un año después comencé a padecer de dolores en mi espalda y necesité de las manos de un profesional. Y, entonces, apareció ella. Jovencita, parecía una colegiala, callada y con unos ojos que acompañaban una mirada que mostraba una gran comprensión sobre lo que estaba viviendo. Seis meses duró el primer asalto. Sentado en una silla me trabajó. De otra forma hubiese sido imposible. Venció y por fin pude dormir sin que, apoyándome sobre mi lado izquierdo, la cama volara de un lado a otro de la habitación. 


Quince años después, me sigue ayudando a superar semanas, meses y años. Sus manos de miel relajan mis músculos, quiebran mis contracturas y me dan fuerzas para sostenerme otros siete días. Hace mucho tiempo, quince años decía para ser exactos, que no faltamos a la cita, hablamos de nuestras cosas, conoce mi vida y mis aciertos y quebrantos. 


Quiere a mi familia y, tras su trabajo, toma café cada día que viene a casa. Me enseña las fotos de su María, mientras reímos sus ocurrencias. Yo la escucho y le cuento las travesuras de mis nietos. La semana pasada me comunicó que cogía vacaciones y yo le comenté que nunca le había hecho un regalo. Ella me dijo que le había ayudado en mucho. Creo que no, las cosas que se hacen por los hijos y amigos no son regalos ni ayudas, son obligaciones de padres y amigos agradecidos. Y de ahí estas letras cargadas de reconocimiento y de cariño.





Estoy seguro que me acompañará hasta que el cielo y la tierra se unan en un sentimiento de eternidad. Me dará la mano y me ayudará a bajar de la camilla y con gracia me dirá: Quino, hoy no hace falta que te duches, sabes que este aceite es sano para la piel… Reiremos y nos tomaremos el café contándonos que los chicos han superado la EBAU…


POSDATA; A Judit Alemán Padrón, (Jud mi fisio). Seguro que lo es de algunos más que tienen esa suerte. Pero yo tengo la corazonada de que soy su preferido. Lo siento por los demás…

 



 

4 comentarios:

  1. Anónimo12:26 p. m.

    Precioso. Todos queremos a Yudith.

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  2. Anónimo10:37 p. m.

    La mejor del mundo mundial

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  3. Anónimo12:59 a. m.

    Es que como mi prima, hay poquitas, como persona y como profesional. Y eso lo dice una "Chicharrera" . La queremos un montón. Bst.

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  4. Anónimo1:50 a. m.

    Jajajajajajajaja lo sabía, eres exclusivo de Judit!!!!!

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