27 nov 2011

KOPI LUWAK (Querida), la nueva novela de Antonio Cabrera Cruz.

El viernes pasado fue el Día de las Librerías, un nuevo intento de acercar la lectura a los que leen. Y digo día dedicada a los que leen ya que los que no lo hacen no entran en esos monumentos, salvo que haya una pantalla de televisión y den en directo la última separación de Belén Esteban. Muchos escritores acudieron a esos templos de las ideas en papel entusiasmados con los encuentros con sus lectores. Y lo hicieron, me refiero a los escritores, acomodados en lugar preferente, de forma que el posible comprador comprobara que los escritores son de carne y hueso y que se diferencian del resto de los mortales en que dedican mucho tiempo a leer y a escribir sus ideas, para que otros las disfruten o hagan con ellas lo que les venga en ganas, pues una vez que pagan el precio del libro reciben con el billete de pago el derecho a la interpretación y la vivencia, ¡faltaría más!

En ese menester me encontré con mi amigo Antonio Cabrera Cruz. La librería, situada en la Avenida Felo Monzón de Siete Palmas, se llama Sueños de Papel y es propiedad del también escritor de novelas fantásticas Rayco Cruz. Está coqueto el lugar lo que denota que su dueño lleva la profesión con dedicación y cariño.  A decir verdad, tengo que añadir que, mientras estuve allí, hubo gente que entró y se interesó por los libros, lo que abunda en mi planteamiento anterior de que se trataba de lectores y no de nuevos amantes de las letras entusiasmados o enganchados por la feliz idea de dedicar un día al menester. ¡Ojalá esté equivocado! De todas formas, bienvenida sea la feliz idea, aunque sea ni más ni menos que por el bien de la causa.

Bueno, a lo que íbamos, Antonio Cabrera Cruz, de quien en este Blog tienen los seguidores referencias anteriores, es amigo desde hace mucho tiempo. Compartimos tareas en Puerto Rico de Gran Canaria cuando ambos éramos mucho más jóvenes, él más que yo también hay que decirlo. Desde ese encuentro trabajando en turismo, tuve claro que su juventud no era un condicionante para la madurez. Recuerdo horas  de conversaciones basadas en su forma de entender la vida y sus sueños. Cuando lo conocí ya era maestro, al igual que yo, y tenía claro que por esos derroteros encaminaría su vida, como así fue. Recuerdo haberle animado a opositar. Brilló con unos resultados excelentes y sin tener que esforzarse hasta la última prueba cuando ya se vio, casi sin creerlo, en la puerta del acceso a la función pública, lo que habla de la gran preparación y bagaje intelectual que aportó en esos momentos tan difíciles para muchos. Luego, emprendió el camino de la enseñanza y tras unos años de servicio se fue a Holanda, donde vivió la experiencia con entusiasmo y aprovechamiento. Siempre nos mantuvimos en contacto y pasados los años coincidimos en tareas distintas dentro del mundo de la educación y en ciertos entretenimientos comunes, me refiero al periodismo escrito y radiofónico y también en nuestro amor por la literatura. Hemos llevado vidas casi paralelas, por aquello de nuestros gustos y profesiones.

Hace muy poco tiempo coincidimos en el cardiólogo aquejados ambos por goteras propias de la edad, otra coincidencia más, aunque sigamos viviendo la misma diferencia en la edad, y me habló de KOPI LUWAK (Querida) su último libro publicado en Anroart Ediciones. Estaba el hombre entusiasmado y orgulloso del trabajo realizado en esta nueva propuesta y me animaba a que leyera el libro. Nos separamos en aquel momento y tras llamarnos con posterioridad para comprobar que las dolencias de nuestras máquinas centrales son recuperables, le comuniqué que ya tenía el libro y que andaba liado en su lectura y que tan pronto como terminara de devorarlo le comentaría mi parecer. Y así lo hice y ese parecer quiero compartirlo con ustedes.
KOPI LUWAK (Querida) es una novela muy distinta a las otras obras que hasta el momento Antonio Cabrera tenía en el mercado, con un contenido y una trama cuidados al máximo, con unas cargas (documental, histórica, filosófica...) dignas de reconocimientos y para quien conocemos íntimamente al autor, con paisajes personales muy de agradecer al exponerlos de manera tan generosa y valiente. La obra literaria está cuidada al máximo y te lleva, en una lectura apasionante, hasta la última página interesado en como resolverá el enigma. He disfrutado mucho de la lectura, también del amplio recorrido por el mundo, que es cercano y a la vez en muchos casos lejano y desconocido, de este nuevo libro he aprendido mucho sobre temas que desconocía y eso para quien escribe estas letras es digno de elogios.. Me he enfrascado en la literatura del autor y maestro que no ha olvidado su pasión por disfrutar un orden y hacerlo con respeto por el legado recibido, uno de entre tantos ejes que marcan profundamente su nueva obra y también su estilo de vida. Recibo con alegría esta nueva criatura de mi amigo Antonio Cabrera Cruz y recomiendo, a mis otros amigos, que descubran el significado de este  KOPI LUWAK (Querida)  como yo lo he hecho, augurándoles buenos ratos del placer de su lectura. Gracias Antonio, por la obra y por tu dedicatoria cargada de cariño, que es mutuo y de amistad eterna.